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Todo se combina para hacer más lóbrego este desfiladero de basalto; el día es frío, obscuro y a ratos cae lluvia fina y el viento sopla con furia, produciendo en ciertos momentos, en el valle silencioso, silbidos tristísimos. Este escenario fuera digno teatro de las hazañas cantadas por Ossian: recuerda las soledades, hijas del paso de Fingal. Cuando, en un momento, un chubasco cargado de grueso granizo, blanquea, golpeando los negros flancos de los peñascos, la superficie escabrosa de la angosta quebrada, mi imaginación cree ver aquí su sudario mortal, y en los esqueletos, residuos del festín del puma, despojos de algún héroe de las huestes de Loclin, abatido por el dardo del titán de Morven. Los cristales de sólida lava, tronchados y caídos unos sobre otros, semejan piedras funerarias, sobre las cuales exhalan las águilas gritos siniestros, que el espíritu toma por un momento como fatales augurios.

Enero 28.— Al oeste del paradero, el río forma una rápida vuelta viniendo del sur, desde el borde de la meseta opuesta, dejando al norte una extensa llanura, pues la meseta basáltica no la sigue, viniendo casi en línea recta E. O. Presenta esa llanura dos pequeñas mesetas, y en la superficie, inmediata a lava, se admiran preciosos manantiales, fertilísimos, como no esperaba encontrar aquí: dos pequeñas lagunas permanentes alimentan miles de aves, y se regocija el viajero mirando los flamencos, patos, chorlos, y gallaretas que en innumerables bandas cambian a cada momento de bañadero. Esta capa de agua, que nace bajo el basalto, fertiliza la región, y su aspecto nos arrebata la tristeza que produjeron las quebradas visitadas ayer. Los guanacos abundan por cientos, y en todas direcciones vemos tropas de avestruces que huyen de los perros de Isidoro.

Esta tarde he hecho una excursión sobre la capa