CARLOS VAZ FERREIRA
uno de los datos discutibles del problema: posible- mente derivará nuestra especie de alguna entre promiscua y polígama; cuando más, precaria e inestablemente monógama.
Eso es dudoso, incierto; uno de aquellos ““pro- blemas de hecho” discutibles.
En cambio, lo que es cierto — y doloroso — es que somos una especie en que, FISIOLÓGICAMEN- TE, un sexo ha sido mucho más mal tratado que el otro.
Las cargas pesadas del embarazo, el parto y la lactancia, recaen sobre un sexo, sin compensación : Sin compensación, se entiende, biológica. Social- mente, el hombre puede tomar cargas que com- pensen la dureza de aquellas; que llegaran aún a excederlas: Puede; pero no serán ellas, como las del sexo femenino, determinadas irrevocablemente por una necesidad fisiológica estructural.
Ahora, ¿cuáles deben ser las consecuencias de ese hecho? Lo que voy a decir es esencial: es LO ESENCIAL.
(Ese hecho) hay dos modos de tomarlo: y aquí estamos, para los problemas del llamado “femi- nismo”, como ante las agujas de una vía: esta es la divergencia inicial, que se acentuará después, a medida que se recorran los caminos:
Esos dos modos de tomar el hecho biológico básico, podrían llamarse: “criterio de subordina- ción” y “criterio de corrección”.
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