ESTUDIO PRELIMINAR
doloroso de las condiciones en que nos es dado pensar. Los hombres tienen tendencia a creer que los escogidos, lo son para una afirmación triunfal de la vida y del destino. Nietzsche lo ha enseñado : una sabiduría certera, el don de las adivinaciones, de lo recóndito, no es el precio de nuestra gloria sino la condición de nuestro olvido; algo tremen- do, que afecta a la raíz de las creaciones. Allí don- de los grandes hombres resisten la presión de lo desconocido y caen, expiatorios, en abismáticas honduras y lo informe e instable y el mal y el pe- cado abren sus fauces voraces, ellos, condenados, se pierden para siempre, porque toda salvación es imposible. La muchedumbre habla del grande hom- bre, del genio, a quien ve contemplando y soñan- do... Lo que han visto no lo dirán jamás; los mundos lejanos y horribles, infernales pozos de las atracciones y de las imantaciones inauditas, al tornarlos delicados y profundos, presas obscuras, se los traga y sacrifica. Siempre he sentido re- pugnancia y asco, al ver la facilidad con que se habla del destino de los genios y del aire de peren- nidad que los circunda. En esta zona peligrosa en que se deciden los destinos, zona del pensamiento atribulado, no podrá jamás adentrarse la crítica. Vaz Ferreira, afanosamente, ha tratado de esta- blecer el equilibrio de la razón concreta, fatalizada en torno a lo conocido, y anhelante por buscar un apoyo en lo desconocido. Precario y limitado lo
45