ESTUDIO PRELIMINAR
siste, el filósofo, la presencia del misterio, no po- drá decir sino, ignoro. Y es sabido, el saber que se ignora, aunque puede constituir una enseñanza profunda y una garantía, no puede incorporarse a ninguna tradición, por suponer ésta que el nexo misterioso, 1o constituye saber. Podrá suceder en- tonces, que los psicólogos más adivinadores y cer- teros, los que hayan reducido y abarcado una ma- vor extensión de lo real, queden perdidos para siempre. Se ha visto eso: Sócrates...
Y ello, porque lo mejor del psiqueo de los hom- bres queda en las almas, no engrana con la tradi- ción; la historia se preocupa de los hechos defini- dos y objetivables. Puede haber ocurrido lo indes- criptible en el alma del pensador; pero de esto la historia no puede hablar, y nadie puede hablar. Na- turalmente que sería posible expresar esa experien- cia íntima, si la aptitud para escribir fuese forzo- samente proporcional al valor y a la hondura del pensamiento. Pero, cuando se piensa verdadera- mente, no cuando se piensa con palabras, para es- cribir, hay que esquematizar. No es entonces el es- cribir un proceso natural directo; es un proceso indirecto y aprendido, proceso que desnaturaliza, y generalmente empobrece. Y así, las experiencias más finas, se nos pierden por hondas o por im- posibilidad de expresarlas. El hecho ha ocurrido con Vaz Ferreira; tenía que ocurrir a propósito de Vaz Ferreira,
35