SOBRE FEMINISMO
Los sentimientos han de ser de indulgencia, y aun mucha más para la mujer que para el hombre, por- que élla arriesga más, y pierde y sufre más y no engaña. Y por eso mismo en este plano existe una contradicción.
Existe una contradicción, sí; pero hay que de- jarla. No se la “resuelve”. Se la deja, porque hace sentir y hace pensar e impulsa para adelante:
Contradicción entre la indulgencia hacia la mu- jer y la comprensión de las razones, de las cuales la primera es la defensa de la mujer misma, que hicieron tan rigurosa para élla la contención se- xual.
Así, en este orden de hechos, indulgencia: mu- cha, ya que la humanidad no ha sabido o no ha po- dido resolver bien (entendámonos : indulgencia ha- cia lo que no importe ni mentira ni crueldad).
Pero el esfuerzo y los ideales, en el sentido, no de disolver, sino de completar y mejorar lo ines- table y precariamente, pero ¡con cuánto trabajo! adquirido.
Ahora, unas consideraciones como apéndice.
La primera y fundamental tiene que ver con cierta literatura y con cierta defensa necesaria contra determinados aspectos de ella.
Ya casi no se discute la cuestión de la educación sexual. Es superficial no verle inconvenientes: pe- ro son menos grandes que los de la ignorancia
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