Página:Una fundación de Mitre. La Junta de Historia y Numismática Americana - Antonio Dellepiane (1917).pdf/12

Esta página ha sido validada
— 12 —

No menos provechosa que la patriótica, ha sido la obra cultural y social de nuestra junta. «Reunir a los hombres, casi es reconciliarlos, y, en todo caso, es prestar el más señalado de los servicios al espíritu humano, dado que la obra pacífica de la civilización es resultado de contradictorios elementos, puestos frente a frente, obligados a tolerarse, impulsados a comprenderse, casi a amarse», ha dicho un eminente pensador. Sólo al congregar, en amable reunión, a un grupo de hombres tan diferentes y a veces divergentes entre sí, en su manera de pensar y de ver las cosas en política, en religión, en arte, en ciencia, como los que forman esta junta, se ha conseguido ya aclimatar en nuestro suelo una planta rara que sólo se da y florece en sociedades de refinada cultura. La descortesía, la incivilidad, la infatuación, la soberbia, son hurañas y solitarias. La vida académica, que es por excelencia actividad critica, contralor de opiniones, argumentación, refutación y controversia, todo, dentro de los términos del más grande respeto por el pensar ajeno, de la más exquisita urbanidad y de la forma pulcra y elegante del decir, acusa, cuando aparece en una agrupación humana, un paso decisivo en su progreso intelectual y moral. Congratulémonos, pues, de haber inaugurado en nuestro país, donde la crítica ha sido casi siempre, o incienso que marea, o ácido corrosivo que muerde y desorganiza, los hábitos y modales académicos, y sigamos ofreciendo con nuestras disertaciones, —si acogidas siempre con aplauso, nunca aceptadas sin observaciones y reservas, no, por corteses, menos demoledoras en ocasiones— un ejemplo vivo de lo que deben ser los disentimientos de opinión y las rectificaciones científicas entre personas educadas.

Sin haber escrutado las fisonomías de los que me escuchan, como lo aconsejaba días pasados un colega, para no exponerse a fatigar al auditorio, comprendo que debo ya dar fin a este bosquejo historiográfico y prospectivo, que espero se me perdone en gracia a mi buena intención y a la circunstancia de haber perpetrado el hecho «violentado por fuerza irresistible», causa eximente de pena dentro de los términos del código de los delitos. Unos breves conceptos, tan sólo, a modo de sintéticas conclusiones. El conocimiento de la historia responde a necesidades profundas y permanentes de la vida humana, y reviste, para los pueblos, un interés supremo. Ideológicamente, una patria no es, en último análisis, sino un