Es un arbustito muy pequeño, cuyo desarrollo se hace subterráneamente, echando raíces gruesísimas que aunque estén verdes, tienen tanta resina, que arden como sebo.
Tú conoces el chañar. Pues así es el alpataco.
En los campos, al Sud del Río 4.º, particularmente en los de Sampacho, y en algunos al Sud del Río 5.º, abunda este arbustito, que más bien parece un algarrobo común naciente.
El ojo necesita estar ejercitado para distinguir el uno del otro.
¡Se puso un asado!
Mientras se hacía, habiendo calentado agua en un verbo, se cebaba mate y se daban sendas cabeceadas.
En este fogón no hubo cuentos. Hubo hambre y sueño y algunas órdenes para en cuanto amaneciera.
Comimos, dormimos, y cuando... iba á decir gorjeaban las avecillas del monte...
¡Pero qué, si en la Pampa no hay avecillas!—por casualidad se ven pájaros, tal cual carancho. Las aves, excepto las acuáticas, buscan la inmediación de los poblados.
Y luego, en Monte de la Vieja no es más que un pequeño grupo de árboles, no muy viejos, bajo cuyo destruido ramaje apenas pueden guarecerse unas cuantas personas.
La luz crepuscular venía anunciando el día en el momento en que, cumpliendo mis órdenes, se pusieron en juego todos los asistentes al llamado de Camilo Arias, un hombre de toda mi confianza, Alférez de Guardia nacional del Río 4.º, cuya pintura no faltará ocasión de hacer.
Era completamente de día cuando dejábamos el Monte de la Vieja, dirigiéndonos á otro paraje, donde debía haber leña y agua sobre todo.