Varios jefes y oficiales habían ensillado para acompañarme hasta cierta distancia.
Salí del fuerte entre las salutaciones cariñosas y las sonrisas amables y expresivas de los soldados, dejando á todos inquietos, particularmente á Achauentrú, que, al subir á caballo, vino á darme un abrazo, á hacerme su retahíla de recomendaciones, y á repetirme por la milésima vez que no dejara de adelantar un chasqui anunciando mi ida.
El camino del Cuero pasa por el mismo fuerte Sarmiento que le ha robado su nombre al antiguo y conocido Paso de las Arganas.
Este camino consiste en una gran rastrillada, y su rumbo es sudeste, o lo que en lenguaje comprensivo de los paisanos de Córdoba llamamos sudabajo.
Ellos tienen un modo peculiar de denominar ciertas cosas y sólo en la práctica se comprende la ventaja de la sustitución.
Al oeste le llaman arriba. Al este, abajo. Estos dos vocablos sustituidos á los vientos cardinales, permiten expresarse con más facilidad y más claridad, en razón de la similitud de las palabras este y oeste y de su composición vocal.
Un ejemplo lo demostrará.
Si queriendo ir del punto á al punto B o para ser más claro, de la Villa del Río 4.° al fuerte Sarmiento, cortando el campo, se ocurriese á un baqueano por las señas, las daría así:
Miraría al sur, y haciendo una indicación con la mano derecha diría: se sale en estas dereceras, sur, y se camina rumbeando medio abajo; pero muy poco abajo.
Con estas señas, el que tiene la costumbre de andar por los campos, va derecho como un huso á su destino.