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III
Quién conocía mi secreto.—El Río 5.º.—El paso del Lechuzo.—Defecto de un fraile.—Compromiso recíproco.—Preparativos para la marcha.—Resistencia de los gauchos.—Cambio de opiniones sobre la fatalidad histórica de las razas humanas.—Sorpresa de Achauentrú al saber que me iba á los indios.—Pensamiento que me preocupaba.—Ofrecimientos y pedidos de Achauentrú.—Fray Moisés Álvarez.—Temores de los indios.—Seguridades que les di.—Efectos de la digestión sobre el humor.—Las mujeres del fuerte Sarmiento.—Un simulacro.
Sólo el franciscano Fray Marcos Donatti, mi amigo íntimo, conocía mi secreto.
Se lo había comunicado yendo con él del fuerte Sarmiento al «Tres de Febrero», otro fuerte de la extrema derecha de la línea de frontera sobre el Río 5.°.
Este sacerdote, que á sus virtudes evangélicas reune un carácter dulcísimo, recorría las dos fronteras de mi mando, diciendo misa en improvisados altares, bautizando y haciendo escuchar con agrado su palabra, á las pobres mujeres de los pobres soldados. La que le oía se confesaba.
Era una noche hermosa, de esas en que el mundo estelar brilla con todo el esplendor de su magnificencia. La luna no se ocultaba tras ningún celaje y de vez en cuando al acercarnos á las barrancas del Río 5.°