XVIII
Historia de Crisóstomo.—Quiénes eran los bultos colorados.
El indio Villarreal y su familia.—De noche.
Tomó la palabra Crisóstomo, y dijo:
—Mi Coronel, el hombre ha nacido para trabajar como el buey y padecer toda la vida.
Este introito en labios de un hombre inculto llamó la atención de los interlocutores.
Me acomodé lo mejor que pude en el suelo para escucharle con atención, convencido de que los dramas reales tienen más mérito que las novelas de la imaginación.
La otra noche se lo decía yo á Behetti, rogándole me hiciera el sacrificio de ciento cincuenta varas, vulgo, me acompañara una cuadra.
La historia de cualquier hombre de esos que nos estorba el paso, es más complicada é interesante que muchos romances ideales que todos los días leemos con avidez; así como hay más chiste y más gracia circulando en este momento en el más humilde café, que en esos libros forrados en marroquín dorado, con que especula el ingenio humano.
Behetti convino conmigo, y me hizo este cumplimiento: