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¿Quién puede decir cuál es el punto donde se ha de detener una raza por efecto de su propia naturaleza ?

¿Cuál es el orden de verdades al alcance de ciertas razas vedadas para otras?

¿Cuál es la clase de operaciones practicables para los órganos de tal pueblo, que no conseguirá jamás practicar otro?

¿Cuáles son las virtudes propias de tal ó cual organización?

¡La frenología ha pronunciado acaso su última pa labra?

¡Entre las razas reputadas más perfectibles, no se hallan naciones tan bárbaras, tan esclavas y viciosas como en las demás?

Nos horrorizamos de que entre los Ranqueles se vendan las mujeres, y de que nos traigan terribles malones para cautivar y apropiarse las nuestras.

¿Y entre los hebreos, en tiempo de los Patriarcas, el esposo no le pagaba al padre el mohar precio de la hija?

¿Y entre los árabes la viuda no constituía parte de la herencia ó de los bienes que dejaba el difunto?

¿Y en Roma, no existía el coemptio, es decir, la com pra y el usus, ó sea la posesión de la mujer?

¿Y en Germania, como lo muestra la ley Sajona, no existían el mundium, y costumbres análogas?

¿Y los visigodos, no tenían las arras, especie de precio nupcial, que reemplazaba la compra pura y simple, recordando la vieja usanza?

Y los francos, no pagaban el valor de las esposas á los padres que éstos dividían con aquéllas?

Si hay algo imposible de determinar, es el grado de civilización á que llegará cada raza; y si hay alguna teoría calculada para justificar el despotismo, es la teoría de la fatalidad histórica.