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portar deshacen la rueda y se escapan por donde pueden.

Francamente, en este detalle encuentro á los indios menos civilizados que nosotros, aunque hay ejemplos en las crónicas policiales de caballeros que durmieron bajo las llaves de la alcaldía por tener las manos demasiado largas en los atrios de las iglesias.

El efecto de esos abusos y licencias de los indios con las chinas cuando bailan, hace que ellas se abstengan de la inofensiva diversión, lo que prueba que en todas partes la mujer es igual.

Perdona todo, menos que la maltraten.

Yo les hallo muchísima razón, aunque declaro que ellas, sin maltratarnos, abusando de sus ventajas, suelen tratarnos mal.