Página:Una excursión a los indios ranqueles - Tomo II (1909).djvu/167

Esta página no ha sido corregida
— 163 —

de hacerlos cristianos para que fueran felices, del Presidente de la República, del general Arredondo y de mí.

Este fué mi primer discurso.

Es posible que entre cristianos me hubieran aplaudido.

El efecto que produjo mi retórica y mi acción entre los bárbaros lo deduje viendo al indio que me robó los guantes en Quenque, los cuales se había puesto, dormido como una piedra á mi lado.

Paturot fué más feliz que yo, la primera vez que de la noche á la mañana se vió convertido en orador republicano popular.

Decididamente estamos destinados á recorrer una escala interminable de desengaños en la complicada travesía por este pícaro mundo.

No hay más, digan lo que quieran ciertos fanáticos, ni un tonto será nunca un héroe, porque la palabra héroe, despertando la idea de grandeza, implica inteligencia; ni yo he nacido para orador ministerial, mucho menos entre los indios.