XIII
Mi compadre Baigorrita me pide caballos prestados.—El que entre lobos anda á aullar aprende.—Aves de la Pampa.—En un monte. —Perdido.—Las tinieblas.—Fantasmas de la imaginación.—¿Somos felices?—Disertación sobre el derecho —El miedo.—Hallo camino.—Me incorporo á mis compañeros.—Clarines y cornetas.
En Pitralauquen, volvimos á hacer alto; los flamencos atornasolados saludaron nuestra llegada, batien lo con estrépito sus sonrosadas alas, y en ondas caprichosas se perdieron por el éter incoloro.
Mi compadre y sus indios allegados iban tan mal montados, que me pidió por favor le prestara algunos caballos para llegar á la raya.
Ordené que se los dieran, y diciéndole á San Martín: parece increíble que Baigorrita no tenga más caballos, me contestó: si anoche casi lo han dejado á pie.
Descansamos un rato y seguimos la marcha.
Al tiempo de subir á caballo, le robé al indio de los guantes un naco de tabaco que llevaba atado á los tientos.
El que entre lobos anda á aullar aprende.
Se lo dije á mi compadre y se rió mucho, festejando la ocurrencia y la burla que le harían los demás cuando supieran que se había dejado robar por mí.