98 CIENCIA Y ACCIÓN
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Por último, hay otro medio de distraer á las afiliadas á vuestra asociación, y de instruirlas al mismo tiempo. En la obra del adversario se pone constantemente en práctica, mientras que entre nosotros está en completo abandono. Este medio es la lectura en alta voz.
Ya hemos visto lo que hacen nuestros compe- tidores. Hubiéramos podido multiplicar los ejem- plos; pero lo hemos creído innecesario, pues con la ligera reseña hecha nos parece suficiente para dar idea de cuál es el camino que debemos em- prender.
Para organizar estas lecturas se dispone en todas partes, aun en los más pequeños lugares, de los elementos necesarios. En último término, si nos limitamos á examinar lo que en este sen- tido se puede hacer en una agrupación de niñas, nos parece imposible que la presidenta ó direc- tora, Ó cualquiera otra persona, no pueda realizar estas lecturas (1).
¿Qué es preciso, en efecto, para llevarlas á cabo? Leer claramente, con entonación y con per- fecto sentido. Cuando se comprende bien un texto y no se tienen defectos de pronunciación, cualquiera es capaz de leerlo de una manera clara, é interesar, por lo tanto, al auditorio. Claro está que no todas las personas leen bien, pero para conienzar estos ensayos no es preciso rivalizar con los artistas de la Comedia francesa. Aparte
(1) Se puede aumentar el atractivo de estas lecturas y con- ferencias por medio de proyecciones. Los detalles técnicos necesarios se encontrarán en el Manual de M. Coissac, publi- cado por la casa de la Bonne Presse, 5, rue Bayard, París, ó en el número de Marzo de 1905 del Fascinateur.
