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peculio en el siglo XIII y en el XX, y Mr. Terrat, en fin, presentó una Memoria intitulada Algunas observaciones sobre el espíritu general del Código civil con relación á los derechos de la mujer. Por donde se ve en este Congreso femenino la nota feminista fué principalmente dada por los repre- sentantes del ,sexo fuerte, , lo cual constituye una prueba más de lo que deciamos al comienzo de este capítulo; esto es, que hay en Francia un movimiento femenino católico que se hace cada día más potente, aun cuando no se halle todavía bien coordinado, pero que no existe un verdadero movimiento feminista católico,
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Si de Francia pasamos al extranjero (1), obser- varemos también entre los católicos la existencia y desarrollo de un movimiento femenino, pero la ausencia casi total de un movimiento puramente feminista.
En Bélgica, las instituciones femeninas tienen una importancia cada día mayor en la vida católi- ca, como lo prueba el habérseles reservado una sección especial en varios de los Congresos re-
(1) Sobre el movimiento feminista en el extranjero pue- den verse los siguientes artículos: Le Mouvement feministe en Angleterre, por Mme. G. Fawcett (Revue politique et par- lementaire, Agosto, 1896); Le Mouvement féministe en Italie, por Mme. Emilia Mariani (íd. Septiembre 1897); Le Mouve- ment féministe en Australie (íd. Marzo 1898); Le Mouvement Jéministe aux Etats Unis, por Mme. Hanson Robinson (ídem Agosto 1898); Le Mouvement féministe en Allemagne, por L. Braun-Gizycki (íd. Abril 1899); Un Congrés féministe scandinave, por Emma Lucht (Le Mouvement socialiste, 15 Agosto 1902).
