INICIATIVAS FEMENINAS 221
los ojos una lista de trabajos dados por empresa- rias, ya en París, ya en Lyon, cuyos salarios á las obreras causan dolorosa impresión, pues es imposible que mediante ellos pueda una mujer ó una joven honrada llegar á cubrir su presupuesto, por muy modesto que sea. Es, pues, cuestión de justicia y de moralidad salir al encuentro de este abuso, y aún diré más: nadie que lo conozca tie- ne el derecho de permanecer ante él indiferente. Se ha tratado ya de ver el modo de poner reme- dio á lo que constituye una verdadera explota- ción, y después de reflexionar sobre ello hemos convenido en la posibilidad de formar entre nues- tras obreras una ó dos cooperativas de produc- ción que impidieran á los almacenistas ó patronos la puja en los precios, y sobre todo que evitaran que se aprovechase de la ganancia la empresaria, que no es más que un intermediario que nada pone de su parte. De este modo, y si la idea sindical era bien comprendida por patronos y obreros, no se registrarían los salarios á que me he referido, y las agrupaciones profesionales prestarían verda- deros servicios haciendo de intermediarias entre almacenistas y patronos y entre empleadas, . Esto sería una tentativa de las más prácticas, y celebraríamos que tuviera pronta realización. Fácilmente se comprende que el funcionamien- to de estas instituciones tan numerosas, tan va- riadas y que requieren ya bastante atención, ne- cesitaba una secretaría bien organizada. Pero si hubiera sido preciso retribuir al personal de la misma, se habría empleado en ello gran parte de los ingresos del sindicato. Hubo que apelar al generoso concurso de las colaboradoras y utilizar la buena voluntad de algunas jóvenes de posición que desean ponerse al corriente por medio de la práctica, de lo relativo á la marcha y administra- ción de esta clase de instituciones. Asisten vo-
