216 CIENCIA Y ACCIÓN
ral. Sin embargo—y éste es un punto de los más importantes, —el tercio de los miembros del Con- sejo ha sido elegido por la fundadora del sindi- cato, y este primer grupo no está sujeto á reelec- ción, con el fin de asegurar la estabilidad de estos organismos. La Junta directiva se nombra por el Consejo del sindicato, y se compone de presiden- ta, vicepresidenta, secretaria y una visitadora por cada veintena de sindicadas. Se reúnen una vez por mes en asamblea profesional, y una vez al año en asamblea general.
La marcha de estos tres sindicatos no puede ser más satisfactoria, pues el de empleadas de comercio cuenta 225 adheridas; el de obreras de la aguja, 275, y el de las obreras de la seda, 60, lo cual hace «in total de 550 sindicadas cristianas, que en nuestro mundo obrero, todavía tan mal organizado, constituye una fuerza respetable.
Y esta fuerza estanto más poderosa, cuanto que los sindicatos son completamente homogéneos, pues Mlle. Rochebillard insiste cada vez más sobre las ventajas, ó mejor, sobre la necesidad del carácter esencialmente obrero (1) de los sin- dicatos de trabajadoras.
“...Yo bien sé—añade—que la crítica encontra- rá materia de censura en esta parte de mi traba- jo. Unos me acusarán de querer ahondar más y más el “abismo, que separa á los patronos de los obreros; otros invocarán contra el sistema argu- mentos de índole económica, como, por ejemplo,
(1) “En nuestros siridicatos—escribe Mlle. Rochebillard— son consideradas como obreras, las pequefias patronas que ocupan hasta cuatro ó cinco operarias, por que sus intereses son poco más ó menos los mismos que los de las jóvenes em- pleadas por ellas, mientras que siempre hemos creído que los intereses de los grandes patronos son forzosamente muy diferentes de los de sus obreros. ,,
Ob. cit , p.9.
