INICIATIVAS FEMENINAS 171
hay en ella un verdadero resumen de lo que el trabajo industrial reserva á la mujer, tanto de su- frimientos físicos como de degradación moral.
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Pero si el trabajo industrial es por l9 común peligroso para la salud y para la virtud de la mujer soltera, tiene para la casada consecuencias aún más funestas, pues la impide desempeñar como es debido sus deberes de esposa y madre.
En efecto; necesita salir de la casa bien temprano para irá la fábrica, sin haber tenido tiempo ni de hacer su cama ni de haber prepara- do la comida del mediodía para su marido y fami- lia. (Permitasenos entrar en estos detalles, por- que ponen de manifiesto la vida de la clase traba- jadora tal y como ella es.) Ocurre muchas veces que ni el marido ni la mujer pueden ir á almorzar á casa, y á la caída de la tarde, cuando después de una jornada fatigosa la obrera sale del ta- ller, no tiene ni alientos ni humor para limpiar y arreglar su habitación, ni para preparar una de esas cenas apetitosas que satisfagan al marido y le retengan en el hogar: se limitará á comprar algo de embutido, que comerán en una habita- ción sucia, mal ventilada y en completo des- orden. Indudablemente que hace mal esta desdi- chada mujer en obrar así, contribuyendo á la di- sociación de la familia; pero para hacerlo de otra manera se necesitaría un valor casi heroico.
sobre los inconvenientes de orden moral que se derivan de este hecho. A los que lo dudasen les aconsejaríamos que hi- ciesen una pequeña información: quedarán edificados, ó más bien, profundamente indignados. Es necesario, pues, obtener la vigilancia femenina del trabajo femenino.
