148 CIENCIA Y ACCIÓN
bién desarrollar el sentimiento de solidaridad; pero su acción no puede ir más lejos.
»Educar á los pequeños seres que han de ser los hombres y las mujeres de mañana, es una ta- rea grande, difícil y compleja.
»»»- Desgraciadamente, la evolución social que ha sacado del hogar á la mujer, ha obligado á la familia á desentenderse en parte del cuidado de los niños; y aquí empieza el papel, forzosamente secundario é interino de la Unión familiar.,,
El autor del llamamiento explica á continua- ción á los padres que los directores de la institu- ción no pretenden en modo alguno sustituir á los que “son por esencia los educadores del niño,, á “aquellos . quienes el cariño les sugiere intui- ciones que un extraño jamás sospecharía.,,
Pero para que la acción de la Unión sea fecun- da, 2s preciso que se ejerza de acuerdo con las familias. “Padres y educadores—sigue diciendo el autor de este documento—debemos á la vez colaborar en esta inmensa tarea, que consiste en la formación de la inteligencia, de la voluntad y del corazón del niño. Si no nos entendemos, nos arriesgamos á ir en sentido contrario, y, por con- secuencia, á neutralizar nuestros recíprocos es- fuerzos. Marchemos, pues, de acuerdo; comuni- quémonos nuestras observaciones y nuestras re- flexiones diarias; tracémonos para el mayor bien de nuestros hijos é hijas una línea de conducta que seguiremos unánimes; no les hagamos oir sino un mismo diapasón armónico, en lugar de sonidos discordantes de instrumentos reunidos al azar: así haremos una obra buena y fecunda. Tal es la razón de ser, tal es el programa del Círculo de educación familiar, donde los padres y las ma- dres se reunirán el segundo martes de cada mes los que no tienen otra mira que prestarles una ayuda desinteresada.,,
