INICIATIVAS FEMENINAS 113
ma. Nada tan encantador como la cordial frater- nidad que nos reúne durante. seis semanas en una comunidad de pensamiento. Allí más que en parte alguna sentimos la necesidad de marchar unidas hacia el fin que perseguimos. Nuestras normalistas trabajan cuatro días de la semana desde las ocho de la mañana hasta las cinco de la tarde, y reciben de ciento sesenta á ciento se- tenta lecciones, de las cuales toman apuntes cui- dadosamente.
»Los ejercicios prácticos del programa los repi- ten hasta llegar á hacerlos con suma facilidad, á fin de que al salir de la escuela sepan enseñar- los con toda precisión y claridad. No hay espe- cialidades, sino que la enseñanza es general, como corresponde á una madre de familia obli- gada á atender por igual á todos los quehaceres de su casa.,, z
Ahora bien; estas discípulas-maestras, que han seguido durante seis semanas las lecciones y los ejercicios prácticos del curso normal, ¿sufren al final un examen y reciben un título que las dis- pensa ya de trabajar en lo sucesivo y, sobre todo, de “digerir, lo que aprendieron? Mme. Dies- bach es demasiado perspicaz para haber organi- zado las cosas de ese modo. Después de las seis semanas de “fogón,, las maestras vuelven á su antiguo ambiente, donde hacen aplicación de lo que se les ha enseñado. Además, quedan en rela- ción con el centro intelectual por intermedio de la revista l' Enseignement menager, en la cual siguen estudiando todo lo relativo á esas cuestio- nes, y perfeccionando, por consiguiente, lo que durante el curso aprendieron (1).
(1) He aquí, tomadas al azar, algunas de las cuestiones propuestas en /' Enseignement ménager á las discípulas- maestras: ¿Cuál es el mejor combustible desde el punto de
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