114 CIENCIA Y ACCIÓN
Los exámenes se celebran seis ú ocho meses después de terminado el curso normal. “Son difí- ciles,, dice Mme. Diesbach, con perfecta razón al afirmarlo, porque opina que la enseñanza de los quehaceres domésticos es cosa sería, y cree que para merecer el título de maestra (1) en dicha enseñanza debe exigirse, como ella exige á sus alumnas, algo más que simples conocimientos culinarios y cierta disposición para los trabajos manuales. Hace falta saber con extensión y á conciencia toda la teoría, y es necesario también tener aptitud para enseñar.
El curso normal tiene por objeto formar maes- tras. Pero estas maestras, ¿encontrarán después colocación?
Por el mo:.nento no sería difícil obtenerla, por- que en diversos puntos pretenden establecer di- cha enseñanza, y escasean las profesoras compe- tentes para daria.
Señalamos el hecho á cuantas deseen utilizar su actividad y obtener algún provecho material, y lo señalamos especialmente á las mujeres que, sintiéndose atraídas hacia la vida religiosa, po- drían hallar en las presentes circunstancias el me- dio práctico de ejercer una influencia moralizado- ra y cristiana, bien en las ciudades, bien en las poblaciones rurales.
Pero nos permitimos insistir muchocerca deellas respecto á los probables peligros á que se expo- nen. Sería, en efecto, un grave inconveniente
vista higiénico? Su procedencia y su valor comercial. —¿Cuál es el sistema de calefacción más económico? —Valor nutritivo de los potajes. —Preparación de un plato fuerte para seis per- sonas, no pasando de noventa céntimos por cabeza.
(1) Para las jóvenes de buena posición que no aspiran al título de maestras de esta arte, Mme. Diesbach ha organizado cursos menos complicados, pero de evidente utilidad.
