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II

Nada hay más ambiguo que eso que se llama realismo en el arte literario. Porque, ¿qué realidad es la de ese realismo?

Verdad es que el llamado realismo, cosa puramente externa, aparencial, cortical y anecdótica, se refiere al arte literario y no al poético o creativo. En un poema y las mejores novelas son poemas, en una creación, la realidad no es la del que llaman los criticos realismo. En una creación, la realidad es una realidad intima, creativa y de voluntad. Un poeta no saca sus criaturas—criaturas vivas—por los modos del llamado realismo. Las figuras de los realistas suelen ser maniquies vestidos, que se mueven por cuerda y que llevan en el pecho un fonógrafo que repite las frases que su Maese Pedro recogió por calles y plazuelas y cafés y apuntó en su cartera.

¿Cuál es la realidad intima, la realidad real, la realidad eterna, la realidad poética o creativa de un hombre? Sea hombre de carne y hueso, o sea de los que llamamos ficción, que es igual. Porque Don Quijote es