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Miguel de Unamuno

que publicó después de su Quijote, porque, según en el prólogo a ellas nos dice, «no hay ninguna de quien no se pueda sacar algún ejemplo provechoso». Y luego añade: «Mi intento ha sido poner en la gloria de nuestra república una mesa de trucos, donde cada uno pueda llegar a entretenerse sin daño de barras, digo, sin daño del alma ni del cuerpo, porque los ejercicios honestos y agradables antes aprovechan que dañan.» Y en seguida: «Si; que no siempre se está en los templos, no siempre se ocupan los oratorios, no siempre se asiste a los negocios por calificados que sean; horas hay de recreación, donde el afligido espiritu descanse; para este efecto se plantan las alamedas, se buscan las fuentes, se allanan las cuestiones y se cultivan con curiosidad los jat dines. Y agrega: «Una cosa me atreveréa decirte: que si por algún modo alcanzara que la lección de estas novelas pudiera inducir a quien las leyera a algún mal deseo o pensamiento, antes me cortarala mano con que las escribí que sacarlas en público;mi edad no está ya para burlarse con la otra vida, que al cincuenta y cinco de los años gano por nueve másy por la mano.» De lo que se colige: primero, que Cervantes más buscó la ejemplaridad que hoy llamaríamos estética que no la moral en sus novelas, buscando dar con ellas horas de recreación donde el afligido espíritu descanse, y segundo, que lo de llamarlas ejemplares fué