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Electra
El pedagogo
Fanoteo el focidio, que te anuncia un gran suceso.
Clitemenestra
¿Cuál, extranjero? Di. Enviado por un amigo, sé suficientemente que tus palabras serán buenas.
El pedagogo
Voy a decirlo en pocas palabras: Orestes ha muerto.
Electra
¡Ay de mí! ¡Infortunada! Hoy muero.
Clitemenestra
¿Qué dices, qué dices, extranjero? No escuches á ésta.
El pedagogo
Digo y repito que Orestes ha muerto.
Electra
¡Yo muero, desdichada! ¡No existo ya!
Clitemenestra
Piensa en lo que te atañe. Pero tú, extranjero, dime con verdad de qué modo ha perecido.
El pedagogo
Para eso soy enviado, y te lo referiré todo. Habiendo venido Orestes á la más noble asamblea de la Hélada, á fin de combatir en los Juegos Délficos, oyó la voz del heraldo anunciar la carrera por la cual se abrían las luchas; y entró, resplandeciente de belleza, y todos le admiraban; y, cuando