Página:Tragedias de Sófocles - Leconte de Lisle (Tomo I).djvu/98

Esta página no ha sido corregida
94
Sófocles

fuera de aquí! ¡Llevad, amigos, á este criminal, á este hombre entregado á las execraciones, el más horrendo de todos los mortales para los Dioses!

¡Oh desgraciado por el pensamiento de tu miseria tanto como por tu miseria misma! ¡ojalá no te hubiera nunca conocido!


Antistrofa II

¡Perezca aquel que rompió las ligaduras crueles de mis pies y me salvó de la muerte! No se lo agradezco, porque, si hubiese muerto entonces, no sería, ni para mis amigos ni para mí, la causa de un dolor semejante.

Y yo también lo quisiera.


Antistrofa 111

¡No hubiera llegado á ser el matador de mi padre; no se diría de mí que he sido el marido de aquella de quien nací! ¡Y heme aquí impío, hijo de impíos! ¡y, miserable, he dormido con los que me hicieron nacer! En fin, si hay alguna desdicha más horrorosa que ésta, Edipo la ha sufrido.

No puedo alabar tu resolución. Mucho más valdría para ti no existir que vivir ciego.

No trates de probarme que no he obrado de la mejor manera, ni me aconsejes más. No sé, en efecto, bajado al Hades, con qué ojos hubiera mirado á mi padre y á mi desgraciada madre, contra los que he cometido execrables crímenes, de esos que la horca no podría expiar. ¿Y me hubiera sido muy apetecible la vista de mis hijos, ellos que han nacido de esa suerte? ¡No, por cierto, jamás! Y no más que la vista de la ciudad, de las murallas y de las imágenes sagradas de los Genios, de que yo mismo me he privado, mísero, cuando, lleno de gloria en Tebas, mandé á todos