Página:Tragedias de Sófocles - Leconte de Lisle (Tomo I).djvu/94

Esta página no ha sido corregida
90
Sófocles

¡Ay! ¡ay! Todo aparece claramente. ¡Oh luz, yo te veo por la última vez, yo que nací de aquellos de quienes no hacía falta nacer, que me he unido á quien no debía unirme, que he matado á quien no debía matar!


Estrofa 1

¡Oh generaciones de los mortales, yo os estimo en nada, por mucho tiempo que viváis! ¿Qué hombre no tiene por la mayor felicidad el parecer dichoso y no viene á menos después? Enfrente de tu Genio y de tu destino, ¡oh desgraciado Edipo! digo que no hay nada de venturoso para los mortales.

Antistrofa 1

Tú has empujado tu deseo más allá de todo y has poseído la más afortunada riqueza. ¡Oh Zeus! Habiendo domeñado á la Virgen de uñas encorvadas, la Profetisa, has sido el muro de la patria y has defendido á los ciudadanos contra la muerte, y has sido nombrado rey é investido de altísimos honores, y reinas en la grande Tebas.

Estrofa II

Y ahora, si hemos comprendido, ¿quién es más miserable que tú? ¿Quién ha sido precipitado, por los cambios de la vida, en un desastre más terrible? ¡Oh cabeza ilustre de Edipo, á quien un solo seno ha bastado como hijo y como marido, ¿cómo la que tu padre fecundó ha podido soportarte en silencio y por tanto tiempo?

Antistrofa II

El tiempo, que todo lo descubre, te ha revelado contra tu voluntad y condena esas nupcias abominables por las cuales eres á la vez padre é hijo. ¡Oh hijo de Layo, pluguiera á los Dioses que no te hubiera jamás visto, porque gimo violentamente y en alta voz por ti! Sin embargo, diré la verdad: por ti es por quien he respirado y por quien mis ojos se han adormecido.

¡Oh vosotros, los mayormente honrados de esta tierra, qué acciones vais á oir y ver, y qué gemidos lanzaréis, si,