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Sófocles

SÓFOCLES

¿Eras, pues, un pastor mercenario, y llevabas una vida vagabunda?

En aquel tiempo, ¡oh hijo! yo fuí tu salvador.

¿Qué mal era el mío, en aquella calamidad, cuando tú me socorriste?

Las articulaciones de tus pies pueden decirlo.

¡Oh Dioses! ¿por qué recordar esta antigua desdicha?

Yo desaté tus pies, que estaban ligados.

Ciertamente, tengo esas señales desde la infancia, y nadahay en ellas de que me glorifique.

Por eso es por lo que se te dió el nombre que tienes.

¡Oh! ¡Por los Dioses! Dime si esto fué por orden de mi padre ó de mi madre.

No sé. El que te entregó á mí lo sabría mejor.

¿Me recibiste, pues, de otro? ¿No me encontraste tú mismo?

No. Otro pastor te entregó á mí.