Página:Tragedias de Sófocles - Leconte de Lisle (Tomo I).djvu/73

Esta página no ha sido corregida
69
Edipo, rey

¿Y cuáles eran sus palabras?

Bastante, bastante es esto para mí. En medio de las calamidades de esta ciudad, me detengo donde se ha detenido la querella.

¡Mira adónde llegas! Aunque seas un hombre prudente, desfalleces y quebrantas mi corazón.


Antistrofa II

¡Oh Rey! Lo he dicho y vuelvo á decirlo: sabe que estaría yo falto de razón y sería inhábil para pensar bien, si me separase de ti, que has dirigido por el buen camino á mi querida patria, impotente para luchar contra las olas del destino adverso. De nuevo ahora, si puedes, dirígela felizmente.

¡Por los dioses! Dime, ¡oh Rey! la causa de tu violenta cólera.

Hablaré, más bien por que por ellos. Es que Creón ha urdido planes malvados contra mí.

Habla, si puedes probar, explicando la querella, que has acusado á Creón justamente. FDIPO Dice que soy yo el matador de Layo.

¿Lo sabe por sí mismo, ó lo ha oído decir á otro?

Ha suscitado un miserable adivino, porque, en lo que á él se refiere, no ha soltado la lengua.