Página:Tragedias de Sófocles - Leconte de Lisle (Tomo I).djvu/53

Esta página no ha sido corregida
49
Edipo, rey

El oráculo dice que esa huella está en la ciudad. Lo que se busca se encuentra, y lo que se descuida se nos esconde.

Pero, dime: ¿fué en los campos, aquí, ó en una tierra extranjera donde Layo fué muerto?

Se dice que, habiendo marchado á consultar el oráculo, no volvió jamás á su morada.

¿Algún mensajero, algún compañero de camino, no vió y no puede referir cómo pasaron las cosas?

Todos han perecido, á excepción de uno solo que huyó de terror y no dijo mas que una sola cosa de todo lo que vió.

¿Qué cosa? Un solo hecho permitiría descubrir un número mayor de ellos, si tuviésemos un débil principio de esperanza.

Dijo que unos ladrones asaltaron á Layo, y que fué muerto no por uno solo, sino por un gran número á la vez.

Pero un ladrón, si no hubiese sido pagado aquí para eso, ¿habría tenido tal audacia?

Eso se sospechó; pero ninguno, en medio de nuestros males, se levantó para vengar al difunto Layo.

¿Qué mal impidió investigar cómo había muerto el rey?

La Esfinge, llena de palabras astutas, nos obligó á dejar las cosas inciertas por las cosas presentes. TOMO I