Página:Tragedias de Sófocles - Leconte de Lisle (Tomo I).djvu/45

Esta página ha sido corregida
41
Las traquinenses

No me niego, ciertamente, á llevarte.

¿Construirás la hoguera, tal como yo lo he dicho?

A condición de que no la toque con mis manos. Pero yo haré lo demás, y mis cuidados no te faltarán.

Con eso basta. Agrega á éstos un servicio más pequeño.

Aunque sea más grande, te lo prestaré.

¿Conoces á la hija de Eurito?

Quieres decir Yole, según creo.

Tú lo has dicho. Pues bien; hijo, yo te mando esto. Después que yo haya muerto, si quieres obrar piadosamente y acordarte del juramento hecho á tu padre, la tomarás por esposa y no me desobedecerás. ¡Que ningún otro hombre se una á aquella que ha dormido á mi lado! Pero tú, despósate con ella. Ya que me has obedecido en las cosas grandes, no desobedezcas en las menores, renunciando así á mi gratitud.

¡Oh Dioses! Está mal irritarse contra un moribundo, pero ¿quién podría soportar esto con calma?

Según eso, ¿no quieres hacer nada de lo que yo digo?