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Sófocles
Creón
Pero tampoco he pedido por mis plegarias sino lo que deseo.
El coro
No desees nada ahora. Los mortales no pueden escapar á una desgracia fatídica.
Creón
Antistrofa III
¡Llevad lejos á un insensato, á mí que te he matado, ¡oh hijo! y á ti que estás ahí, tambien! ¡Oh desventurado! No sé, no teniendo ya nada, de qué lado volverme. Todo lo que poseía ha desaparecido; un insoportable destino se ha precipitado sobre mi cabeza.
El coro
La mejor parte de la felicidad es la prudencia. Es preciso reverenciar siempre los derechos de los Dioses. Las palabras soberbias atraen sobre los orgullosos terribles males que les enseñan tardíamente la prudencia.
Fin de «Antígona»