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Edipo en Colono

Ha muerto en tierra extranjera, lo que deseaba; tiene bajo tierra un lecho cubierto por una sombra eterna, y no ha muerto no llorado, porque mis ojos, ¡oh padre! no cesarán jamás de verter lágrimas, y jamás tu pesar amargo me abandonará, porque has muerto abandonado por mí.

EN COLONO

¡Oh desgraciada! ¿Qué destino nos espera, ¡oh querida! así privadas de nuestro padre?

Puesto que el último día de su vida ha sido feliz, cesad de gemir, ¡oh queridas! Nadie se ha librado de miserias. Volvamos, querida. ¿Qué haremos? Me asalta el deseo... ¿De qué? ¿De quién?


Estrofa II


de ver el altar subterráneo...

de mi padre. ¡Oh desgraciada!

¿No ves que está prohibido acercarse á él? TOMO I