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Sófocles

¿Cumple votos prometidos, ú obedece á un oráculo?

Cumple los votos hechos mientras sitiaba y devastaba con la lanza la ciudad de esas mujeres que ves delante de ti.

¿Y ellas? ¡Por los Dioses! ¿Quiénes son ellas? Son dignas de compasión, si su miseria no me engaña.

Heracles, habiendo destruído la ciudad de Eurito, las ha hecho sus esclavas y ofrecido á los Dioses.

¿Es ante esa ciudad donde ha consumido ese número increíble de días?

No, porque ha sido retenido la mayor parte del tiempo entre los lídios, y como dice él mismo, no libre, sino vendido. Sin embargo, mujer, no puede ser censurado por lo que Zeus ha querido y llevado á cabo. Entregado como esclavo á Onfalia la Bárbara, la ha servido un año, como él lo refiere. Pero esta ignominia le mordió de tal modo en el corazón, que se obligó él mismo con juramento á reducir á servidumbre, con su mujer y su hijo, á quien le había infligido esta desdicha. Y no fué ello dicho en vano, porque, habiendo sufrido la expiación, reunió un ejército y marchó contra la ciudad de Eurito, afirmando que éste era el único de todos los mortales, causa de sus desdichas. En efecto, cuando vino á sentarse como un antiguo huésped en la morada de Eurito, este último le llenó de ultrajes numerosos y urdió contra él numerosos ardides, diciendo que, á pesar de las flechas inevitables que llevaba en la mano, era inferior á los Euritidas como arquero, y que se había envilecido llegando á ser esclavo de un hombre libre. En fin, estando harto de vino en una comida, Eurito le arrojó de su morada. Inflamado de cólera á causa de estos ultrajes, Heracles, habiendo encontrado á Ifito en la colina de Tirinto buscando las huellas