Página:Tragedias de Sófocles - Leconte de Lisle (Tomo I).djvu/156

Esta página no ha sido corregida
152
Sófocles

de este hombre, puesto que habéis oído las terribles imprecaciones de mi padre, si un día deben cumplirse, si volvéis un día á la morada, os suplico por los Dioses no me dejéissin honras y dadme una tumba! Así como sois alabadasahora por los cuidados que prodigáis á este hombre, tendréis una gloria igual por el servicio que me prestéis.

Polinice, te suplico que me escuches.

¿Qué es ello? di, ¡oh queridísima Antígona!

Apresúrate á volver tu ejército á Argos; no corras á tu propia ruina y á la de la ciudad.

Eso no puede hacerse. ¿Cómo podría reunir de nuevo un ejército, si emprendo una vez la huída?

¿Es, pues, necesario ¡oh joven! que cedas de nuevo á la cólera? ¿De qué te servirá destruir tu patria?

Es vergonzoso huir, y vergonzoso para mí, el mayor,verme burlado por mi hermano.

¿No ves que las predicciones de éste corren á su fin queanuncia vuestra muerte mutua?

Lo desea, en efecto; pero es preciso que no cedamos.

¡Oh desdichada! Pero ¿quién se atreverá á seguirte cuande se conozcan los oráculos que ha pronunciado?