Página:Tragedias de Sófocles - Leconte de Lisle (Tomo I).djvu/120

Esta página no ha sido corregida
116
Sófocles

mado un ejército de compañeros amigos. Así, Argos poseerá gloriosamente la tierra de los cadmeos, ó elevará la gloria de éstos hasta el Urano. Estas palabras no son vanas, ¡oh padre! sino que dicen hechos terribles. No sé cuándo los Dioses tendrán piedad de tus iniserias.

¿Has pensado nunca que los Dioses se inquietarían por mí y pensarían en salvarme?

Sí, por cierto, padre, según los últimos oráculos pronunciados.

¿Cuáles son? ¿Qué revelan, hija?

Que un día, por su propia salud, esos hombres te buscarán, vivo ó muerto.

¿Qué se puede esperar de un hombre como yo?

Dicen que su fuerza está en ti solo.

¿Es cuando no soy nada cuando seré un hombre?

Ahora los Dioses te ensalzan, lo mismo que te habían perdido en otro tiempo.

Es inútil ensalzar al viejo cuando han abatido al joven.

Sabe que Creón vendrá dentro de poco tiempo para esto.

¿Para qué, hija mía? Dímelo.