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EL LAGO
¡Oh lago! ¡grutas! ¡rocas! ¡selva umbría!
Pues os perdona el tiempo, ó la primera
Beldad os restituye, la hermosura
De esa noche guardad. ¡Salva, oh Natura,
Su recuerdo siquiera!
¡Perenne viva aquel recuerdo, oh lago,
En tu recinto; en las suaves frondas
Que te circundan con rïente halago;
En estas rocas que con torvo amago
Penden sobre tus ondas!
¡Viva en los ecos que de orilla á orilla
Responden; en el céfiro que vuela
Y hojosa copa susurrante humilla;
En la alba luna que en el éter brilla
Y en tu cristal riela!
¡Y el fresco aroma que tu ambiente espira,
Tu oleaje, adormido ó resonante,
Cuanto aquí se oye, cuanto aquí se admira,
Todo á la vez, cual misteriosa lira,
Mi amor recuerde y cante!