Allá erguido campea
El guerrero corcel: acá, bañadas
Frecuentes veces en tu sacro río,
Miro albas reses, y el fornido toro,
Cabeza de las víctimas, Clitumno,
Que romanas conquistas
Condujeron en triunfo al Capitolio.
Perpetua ¡oh Primavera! aquí floreces;
Mitiga ajenos tiempos el estío;
Dos veces cada un año
Prole anuncian las hembras del rebaño,
Y da sus pomas el frutal dos veces.
No aquí rabiosos tigres, de leones
La raza maldecida aquí no prueba;
Ni vegetal ponzoña, al que en el campo
Hierbas cogiendo va, traidora engaña;
No rastrera en enormes vueltas gira,
Ni en tanto espacio como en lueñes tierras
Cierra la sierpe su escamosa espira.
Contempla luégo, y mira
Tanta egregia ciudad, tanta obra insigne;
Tantos castillos, fábrica del hombre,
Acumulada piedra sobre piedra,
Que dan temor; y las corrientes aguas
Que viejos muros sojuzgadas lamen.
¿O el mar diré que á un lado y á otro lado
La Patria ciñe? ¿Tantos lagos bellos?
¿A ti, príncipe entre ellos,
Lario, ó á ti, que al férvido Oceano
Página:Traducciones poeticas.djvu/175
Esta página ha sido corregida
141
ELOGIO DE ITALIA