"Y viendo estoy los muros de Laurento,
Caudillo á Ascanio, y la Lavinia corte,
Y miro de Alba Longa el nuevo asiento;
"Y á ti también—sin que dejar te importe
Ilia, regia Vestal, la ara ofendida—
Ceder á los halagos de Mavorte.
"Miro la venda de tu sien caída,
Y del dios que en secreto te enamora,
El fuerte escudo, que en la playa olvida.
"Paced, toros, paced la hierba ahora
De las siete colinas; pronto en ellas
Se erguirá la ciudad dominadora.
"Tú, cuantos Ceres ve de las estrellas
Fértiles campos, tanta tierra esclava
Verás ¡oh Roma! y llevarás tus huellas
"Adonde nace el Sol, y adonde acaba
El curso de su rápida cuadriga
Que en ondas crespas del sudor se lava.
"Tiempo será en que Troya te bendiga,
Renaciendo asombrada, y á ventura
Tenga tan largo errar, tanta fatiga.
Eneas, la verdad mi voz te augnra;
¡Así de sacros lauros me alimente,
Así por siempre permanezca pura!"
Esto predijo ¡oh Febo! la vidente,
Y tu nombre invocando, la erizada
Melena sacudió sobre la frente.
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HISTÓRICAS, MITOLÓGICAS Y GUERRERAS