Combatieran sin miedo,
Hasta rendir el último la vida.
Cegadas por su orgullo ellas ignoran
Cuánta virtud tus gentes atesoran;
Cuan candidas doncellas, cuan gentiles,
Tus valles, como flores, embellecen;
Qué fuertes pechos crecen
Como tus robles, en tu suelo, á miles;
Qué cordial acogida en hoya agreste
Brindan tus soledades del Oeste;
Cómo hay guardada fe y verdad reinante,
Cuánto el hombre es amado y Dios temido,
Ya en selvático nido.
Ya donde su onda el mar rompe sonante.
Libertad te custodia, y nunca cierra
Paso á los oprimidos de la tierra;
Da al persegaido sombra en tus vergeles,
Trabajo al infeliz, pan á su boca;
Cuando á tns lindes toca,
Detiene el despotismo sus lebreles.
¡Oh joven madre! aun mostrarás tu seno
Úe nuevo encanto y abundancia lleno.
De fuerzas potentísimas te dotan
Los años, que se impelen, voladores;
Tu faz gana esplendores,
Riquezas más y más á tus pies brotan.
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LA PATRIA AMERICANA