Página:Traducciones poeticas.djvu/123

Esta página ha sido corregida
89
EL ANHELO DE LA PATRIA

Ya siete veces se mostró ceñido
De espigas el verano,
Y siete veces con su bruma y hielos
Pasó el invierno cano,

Desde que Roma, la ciudad de Marte,
En su cerco me encierra,
Desposeído del materno halago
De la ilírica tierra.

¡Ay! si del techo que abrigó mi cuna
Pude espacio tan luengo
Permanecer ausente, ¡desdichado!
De bronce el alma tengo.

¡Partí! Ni el padre anciano, ni la amante
Madre y la tierna hermana
Mi pecho enternecieron, insensible
Como de tigre hircana.

También, climas buscando más geniales,
De aquí la golondrina
Se aleja, y largo derrotero emprende,
Alada peregrina.

Mas cuando vuelve el Zéfiro, y las flores
Brotan, su dulce nido
Torna ella á visitar, de algún añoso
Madero suspendido.