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Y tal fue la razón que en ese tiempo,
En el reino lejano en que nací,
Una gélida ráfaga llevara
Para siempre, á mi linda Annabel Lee;
Así fué como lejos la llevaron,
Ay! lejos de mi amor, lejos de mí,
Y luego en un sepulcro la acostaron
En el reino lejano en que nací.
Los ángeles, tal vez, nos envidiaban,
Tal vez nos envidiaban, cuando allí —
Sí! — tal fué la razón (todos lo saben,
En el reino lejano en que nací)
Una gélida ráfaga, en la noche,
Me arrebató á la linda Annabel Lee.
Mas nuestro amor tan fuerte y poderoso
Era, que otro mortal no amara así —
Que ninguno, después, amará así —
Y ni pueden los ángeles del ciclo,
Ni podrán los demonios conseguir
Separar un instante mi alma triste
Del alma de la linda Annabel Lee.