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Ricardo Palma

nos, desciñéndose la espada, pasaron á la línea neutral donde, igualmente sin armas, los esperaban ochenta y dos españoles.

Después de media hora de afectuosas expansiones regresaron á sus respectivos campamentos, donde los aguardaba el almuerzo.

José de La Serna
José de La Serna
cuadragésimo virrey del Perú

Concluído éste, los españoles, jefes, oficiales y soldados, se vistieron de gran parada, en lo que los patriotas no podían imitarlos por no tener más ropa que la que lle vaban puesta.

Sucre vestía levita azul cerrada con una hilera de botones dorados, sin banda, faja ni medallas, pantalón azul, charreteras de oro y sombrero apuntado con orla de pluma blanca. El traje de La-Mar se diferenciaba en que vestía casaca azul en lugar de levita. Córdova tenía el mismo uniforme de Sucre y, en vez de sombrero apun. tado, un jipijapa de Guayaquil.

A las diez volvió á presentarse Monet, á cuyo encuentro adelantó Córdova.

—General—le dijo aquél,—vengo á participarle que vamos á principiar la batalla.

—Cuando ustedes gusten, general-contestó el valiente colombiano.— Esperaremos para contestarle á que ustedes rompan los fuegos.

Ambos generales se estrecharon la mano y volvieron grupas.

No pudo llevarse más adelante la galantería por ambas partes.

A los americanos nos tocaba hacer los honores de la casa, no quemando los primeros cartuchos mientras los españoles no nos diesen el ejemplo.

En Ayacucho se repitió aquello de: A vous, messieurs les anglaises, que nous sommes chez nous.

V

A poco más de las diez de la mañana, la división Monet, compuesta de los batallones Burgos, Infante, Guías y Victoria, á la vez que la división Villalobos formada por los batallones Gerona, Imperial y Fernandinos,