Desde antes del primer tramo, ya tropezó con inconvenientes, y no fué el menos grave hacer llegar la enorme locomotora hasta donde debía llegar. Nunca había cruzado mole de tanto peso por las calles de esta ciudad, y no encontrándose medio de camionage hasta se proyectó, ya que no podía trasportarse por tierra desde la entrada, al Once, conducirla por agua, aprovechando alguna creciente, como la de Santa Rosa, que acostumbraba empujar más de un buque dentro las calles, profundizando el tercero que con gran caudal corría por el Parque.
Pero el ingeniero señor don Valentín Cardoso, se acordó del que subió el diablo al cielo, y así don Sebastián Casares, que acababa de remontar por ingenioso procedimiento el pesado grupo del Arcángel vencido sobre el alto frontis de la Iglesia de San Miguel, con los marineros de sus numerosas lanchas, trasportó desde la Boca al Parque la primera locomotora, hasta el lugar destinado.
La obra del ferrocarril duró uno, dos, tres y cuatro años, y empezaba á tramitar en el primer trimestre de la administración Obligado, no pudo inaugurarse hasta tres meses después de su terminación.
Vencidos los mil obstáculos y oposiciones, sucedió que una vez construido, no hubo quien se