les vaya el gozo al pozo. Habéis sido segundones no primitivos que navegaron en vapor.
Y con cartas el señor Mosquera leyó copia de la de un su sobrino con la fausta nueva que enorgullecía á éste, comprobando que el 9 de Julio del año anterior, es decir, con cuatro meses de anterioridad, otro compatriota había navegado en vapor desde uno de los puertos de Colombia. Extractamos el texto: «El lunes tenemos un paseo en barco á vapor, para que vea Elvira lo que es, y vaya acostumbrándose á vivir á la inglesa. Su consignatario, antiguo amigo mío, lo tendrá á mi disposición».
Aclarado el enigma de cómo sin haber llegado al Plata el primer Vapor, pues se agregó máquina á un barco en la Boca del Riachuelo, se divisó de estas barrancas haciendo los primeros pininos, virando y maniobrando dentro del puerto, proseguiremos en la aclaración de la firma borrajeada en cartita encocoradora tan intempestivamente llovida.
El autor de la correspondencia, bachiller en el Colegio de San Carlos, estudiante de medicina en Lima, conspirador en todas partes y comerciante en la Habana, entretenía sus ocios