de los castellanos, por D. Antonio de Herrera, década V, capitulo X: «Surgió el Adelantado Mendoza de la Isla de San Gabriel, descubrió un riachuelo de la otra banda de la isla, y alli comenzó á fundar un lugar que llamó Nuestra Señora de Buenos Aires.»
El erudito presbítero Serrano, director de la Biblioteca Colombina, agrega en su reciente descripción del Colegio de San Telmo: «La Universidad de Mareantes fundó hospital y templo en el barrio de Triana, bajo la advocación de Nuestra Señora del Buen Aire, ó Buenos Ayres, como se lee en algunas lápidas y documentos, título que cuadraba perfectamente á dicha cofradía, dado que sus miembros tenían en sus oficios encomendadas sus vidas y haciendas á la acción de ese elemento que había de llevarlos entre sus navegaciones á través de las aguas del Océano, y cuya devoción y título, muy en boga por cierto entre los marinos de la época del descubrimiento (pues llevaban su imagen todos los navios), dió origen á la fundación de la populosa ciudad de Santa María de Buenos Ayres, capital hoy de la República Argentina, y de cuyo título no es otro su origen, pues así lo quiso y fué la intención de D. Pedro de Mendoza, fundador del hermoso puerto conocido con dicho nombre.»
En su testamento la invoca, y en todo acto solemne, desde la provisión del primer gobernador de esta ciudad hasta en su codicilo, encabezando siempre sus documentos: «En el Real de Nuestra Señora Santa María de los Buenos Aires; » y pues que la tenía en tan alta estima como Patrona y Señora de sus empresas, invocándola en los peligros, con fuerza mucho mayor convence circunstancia tan repetida, y testimonios como los del Duque Tillez, Herrera, etc., que la atribuida á vaga expresión de personaje de segunda fila, pronunciada en español, transmitida por un bávaro y traducida del latín, al referirla Schmidel.
V
«La imagen de Nuestra Señora del Buen Ayre —leímos en el inventario de alhajas de San Telmo— es la misma que se trajo de la iglesia antigua que estaba en Triana, antes de la fundación de la Universidad de Mareantes, cuya fué su patrona. Escultura del siglo XVI, completamente transformada por la restauración que sufriera en 1625 de mano de Duque Cornejo. Era de medio relieve, y respecto de que se le hizo el camarín que hoy se demuestra, posteriormente se le formó toca, agregándosele el trono de nubes sobre que está. Su postura es sentada, mostrando en la diestra una nave, simbolismo del título y patrocinio; con la izquierda sujeta el Divino Jesús y aparece sustentado de pies sobre su rodilla. Con-