POLÍTICA DOMÉSTICA 241
grarían de que se hiciese otro tanto contra ellos; y para que se impresionen más, tratadles de la mis- ma manera que hayan tratado á los demás: tal es el mejor correctivo que podeis emplear.
Exhortad á vuestros niños áconsolar á sus ami- gos, cuando los vean afligidos, á socorrerlos en sus necesidades y aun á prevenir sus deseos; y cuan- tas veces lo hagan, haced otro tanto en favor de ellos, diciéndoles que seguís el ejemplo que ellos mismos os han dado; pero si han rehusado hacerlo, que experimenten de vosotras igual indiferencia: no hay lección de efecto más universal, porque toca á sentimientos existentes en todos los corazones. Ins- piradles, desde muy temprano, ideas de generosidad, haced que compartan, con sus amigos y con sus hermanos, los juguetes y dulces que se les den; in- ducidles aun á privarse de una cosa que les guste, para obsequiar á sus amigos, á fin de que el dar testimonio de reconocimiento ó de afecto les parez- ca un gran goce de satisfacción personal. No per- mitais que traten imperiosamente á vuestros cria- dos: si de éstos necesitan algún servicio, que lo pidan con dulzura y que, cuando lo hayan obtenido, den las gracias; es necesario sobre todo hacerles compren- der que, lejos de poder mandar, necesitan, á causa de su debilidad, la protección de cuantas personas les rodean. Acostumbradles, en fin, á la práctica de
