POLÍTICA DOMÉSTICA 175
toria, cuanto más aturdimiento y más imprevisión se haya mostrado. Estas frecuentes alternativas imposibilitan la dulce calma que puede haber en la vida doméstica; transforman el hogar en infierno, y muestran indirectamente la sabiduría con que procede la mujer que sabe respetar los hábitos inofensivos del marido y su manera personal de sentir.
Es buena cualidad en una mujer el saber repri- mir toda fuerte propensión que la impulse á refor- mar los sentimientos, la inteligencia y la voluntad de su marido. No es esto decir que deba privarse de ejercer una acción natural sobre el espíritu de él, pues esta acción, con tal que sea moderada, puede tener ventajas incontestables; pero ejerci- tando esta influencia pacífica y benévola, es nece- sario que la mantenga dentro de límites razonables y que respete en su marido la legítima libertad que con razón reclamaría ella misma para sí: una acción prudente y solícita consigue siempre ganar- se los corazones y las inteligencias. Cuando se trata de conquistar voluntades no se debe recurrir á la viclencia, ni pretender que sea aceptado el
