10 POLÍTICA DOMÉSTICA
En efecto, el padre de familia progresa moral- mente por razón de la necesidad de dar buen ejem- plo; su actividad, su industria y su saber crecen por la precisión de subvenir á las necesidades domésticas y de formar patrimonio á los hijos, su corazón se enardece, y su alma se ilumina con los celestia- les resplandores del amor conyugal y del amor pa- terno.
Todo viene á multiplicar la Vida del buen padre de familia. Parece que la muerte pierde sus dere- chos sobre este feliz ser, que se perpetuará en la más grata memoria de su prole; sus trabajos, sus empresas y hasta sus proyectos encontrarán conti- nuadores, y los frutos de sus economías tendrán, por vía de herencia, el destino que sus cuidados y previsión les hayan asignado.
La institución de la familia es necesaria á la sociedad, aun bajo el punto de vista más mate- rial.
Sin familia, gtrabajaria el hombre con tanto inte- rés como trabaja? Progresaría la sociedad? Para las grandes hazañas, para los hechos heróicos y bri- llantes, comprendemos el amor de la patria, el de la gloria, el entusiasmo, mas para los trabajos ordina- rios y habituales sólo vemos el amor de la fa- milia.
