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NOVELA DEL CABALLERO INVISIBLE.

con un paño que sale á la cara, y puesto en una caja de conserva, hicieron las campanillas del paladar señal por hombre con tres dobles de cientos, y una sencilla mujer de Castilla.

Vinieron á su entierro frailes de haba, de la orden de Moyano, los hábitos en sus costumbres, y capillas de hornos, y en sus manos de papel velas de navío. Vinieron los niños del limbo con hachas de partir leña, y lo llevaron á cuestas arriba cuatro hermanos de padre y madre, y le cantaron las tres ánades madre. Llegaron á San Ciruelo el verde, y vieron un hombre jugado que habia hecho un hoyo en la barba en un cimenterio de un viejo, donde lo arrojaron como pelota, y se quedó como espada de Bilbao. Hechos los oficios de zapatero y sastre, pusieron sobre su sepultura una piedra de la hijada, con letras de cambio, en que decia quien las leía: Aquí no hace este caballero ninguna cosa. Llegó la triste nueva á la sin ventura Blanca, porque tuvo dos cartas de marear por dos vias, la ordinaria y la ejecutiva; cubrió su cabeza de ajo, y recogióse, donde acabó algunas cosas que tenia empezadas á trece por docena del mes del obispado en el año fatal.